La startup VEnvirotech surgida en Explorer consigue una ronda de 2 millones para continuar su crecimiento

[vc_row][vc_column][vc_column_text]

La startup biotecnológica nacida en el programa Explorer en 2017 empleará este capital para poner en marcha una planta de producción de 3.100 metros cuadrados en Cataluña.

La startup biotecnológica VEnvirotech, nacida en 2017 el programa Explorer que impulsa Banco Santander a través de Santander Universidades y coordina el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE), ha cerrado una ronda de inversión de más de 2 millones de euros, que han sido aportados en su mayor parte por el family office de la familia Gassó (antiguos propietarios de Gaes).

La operación, que se cerró el pasado mes de agosto, permitirá poner en marcha una planta de producción de 3.100 metros cuadrados en Santa Perpètua de la Mogoda, en la provincia de Barcelona. En este espacio, la startup que produce bioplásticos a partir de residuos orgánicos fundada por la biotecnóloga Patricia Aymà y la ingeniera industrial Noelia Márquez, llevará a cabo la fabricación y ensamblaje de las VE-box, su dispositivo de gestión de residuos portátil, así como una zona donde se extraerá el bioplástico de las bacterias a escala industrial.

Según Aymà, “la entrada de un nuevo inversor siempre aporta confianza, puesto que es la prueba real de que creen en VEnvirotech y consideran que este proyecto de economía circular genera un gran interés para reducir el volumen de los residuos plásticos tradicionales y contribuir a lograr un medio ambiente más sostenible, además de ser rentable a corto y medio plazo”.

VEnvirotech, que actualmente cuenta con un equipo de once personas, surgió en el programa de emprendimiento YUZZ “Jóvenes con ideas” (conocido actualmente como Explorer), a principios de 2017, donde se conocieron Patricia Aymà y Noelia Márquez. En abril de 2018 crearon la sociedad y realizaron una primera ronda de inversión con business angels (250.000 euros). Además, participa también en el Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol, en el CleanTech Camp (aceleradora de Innoenergy, Naturgy y Enagás), y ha recibido una subvención del programa europeo LIFE (de 226.000 euros).

Es cierto que siempre hemos recibido una atención estupenda de parte de todos nuestros inversores, pero con esta nueva incorporación, añadimos una parte más profesional a la parte financiera y de negocio”, ha asegurado Aymà. “Estamos encantadas en este aspecto, ya que no solo era importante conseguir financiación, sino que nos interesaba mucho que entrara alguien que ayude a VEnvirotech a crecer según lo previsto”.

[/vc_column_text][vc_video link=»https://www.youtube.com/watch?v=lgAgy33dZ4A»][vc_column_text]Patricia Aymà, en 2017, explicando el proyecto que le permitió viajar a Silicon Valley con el programa Explorer y que hoy ha conseguido una ampliación de capital de 2M€.
[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]

Sostenibilidad y escalabilidad

El objetivo final de la empresa es construir hoy los cimientos de un futuro sostenible, y para ello se basa en un doble modelo de negocio. Por un lado, gestiona residuos orgánicos de empresas de forma portátil, a través de la instalación de contenedores propios (VE-box) in situ. Mediante un proceso biotecnológico propio, protegido por secreto industrial, estos residuos se revalorizan al transformarse en bioplástico 100% biodegradable.

El proceso de transformación de los residuos en bioplásticos dura menos de un día, con lo que puede conseguir escalabilidad y rentabilidad. Gracias a la innovación en la gestión portátil de los residuos, se reducen los costes de transporte y manipulación, por lo que este servicio se ofrece a las empresas a un precio muy competitivo, y tiene un impacto medioambiental prácticamente nulo.

La segunda fase del negocio es la extracción y reformulación en el laboratorio de este bioplástico presente en las bacterias para transformarlo en un material con las mismas propiedades que el plástico químico (que el polipropileno o el polietileno), pero con la ventaja de ser totalmente biodegradable, y compatible con el cuerpo humano, no tóxico, porque es de origen orgánico. El resultado del proceso es un plástico con fecha de caducidad.

Después del éxito de nuestro primer proyecto piloto con BonArea, esperamos tener tres pilotos más en marcha antes de finales de año y dos más el primer trimestre de 2020”, ha explicado Noelia Márquez. “Estas pruebas son de una duración corta puesto que el objetivo es que el cliente final adquiera confianza en nuestra tecnología”.

A partir del segundo trimestre de 2020, la compañía tiene previsto empezar a dar servicio a aquellos clientes que ya hayan probado la tecnología. Son empresas que generan residuos orgánicos de manera abundante, por lo que se espera un crecimiento muy rápido.

VEnvirotech prevé instalar más de 50 VE-box antes de finalizar el 2020. “En cuanto a número de clientes en cartera, actualmente no damos abasto. Esperamos que este próximo año y con la inauguración de nuestras nuevas instalaciones podamos ayudarlos a valorizar sus residuos y contribuir al medio ambiente mediante nuestra tecnología”, concluyen desde la compañía.

 

[/vc_column_text][vc_video link=»https://www.youtube.com/watch?v=W8Cyfb7A0xM»][/vc_column][/vc_row]